domingo, 29 de septiembre de 2013

JIRAIYA Y TSUNADE











Una persona en especial

Este es fic de Naruto, hacía tiempo que no escribían así que no sean muy duro, y si les apetece, me dejan un review

Disclaimers: Naruto no me pertenece, son de Masashi Kishimoto. No gano nada con esto, ojalá T.T . No me denuncien por favor, o me enfadaré y les daré con un libro en la cabeza, gracias .

Capítulo 1:La vida de una Hokage.

- La vida de Tsunade debe de ser muy agobiante – dijo un peliblanco sentado en un árbol, mirando el despacho de la Hokage – Además no puede beber ni jugar al póquer, ni apostar... ¡No puede hacer nada! – dijo horrorizado

El sannin oyó un ruido encima suya, miró pero no vio nada. Propinó un fuerte golpe al tronco del árbol, lo que hizo, que una mancha naranja, cayera desde una rama un poco mas arriba de donde el estaba, al suelo.

- ¿Por qué hiciste eso Ero-senin? – dijo la famosa manchita, sobándose el culo, por el dolor producido por la caída.

- ¿¡Tu qué crees? – dijo el nombrado enfadado, aún desde el árbol - ¡Me estabas espiando!

-¿Y qué hacías espiando a Tsunade-bachan, Ero-senin? – dijo su aprendiz muy curioso – Que yo sepa no estaba desnuda...

-¡No me llames Ero-senin! – dijo bajando del árbol, y dándole un coscorrón al pequeño rubito - ¡Y mi vida privada a ti no te interesa!¡Vete a buscar a tu querido amigo Sasuke! – replicó

- ¡Ahhhh! ¡Ya lo entiendo! – dijo él asintiendo con una pose inteligente.

- ¿El qué? – dijo haciéndose el tonto, mientras se rascaba la cabeza inocentemente

-¡Te gusta la vieja Tsunade! – dijo corriendo para evitar ser golpeado - ¡A Ero-senin le gusta Tsunade! – gritaba mientras huía de un ninja muy cabreado.

-¡Qué dices enano naranja! – dijo corriendo detrás del shinobi más escandaloso de la aldea - ¡A mí me gustan las chicas jóvenes y guapas! – replicó él mas viejo.

La persecución prosiguió por toda la ciudad de Knoha, curiosamente, Naruto era más rápido que Jiraiya, entre otras cosas debido a su diferencia de peso y de edad. Los aldeanos se limitaban a mirarlos desconcertados, o a, simplemente, apartarse de su camino, para evitar ser golpeados por muchos de los golpes que se lanzaban mutuamente.

-Entonces... las negociaciones con la villa de la arena... ¿cómo ha ido?- preguntó Shizume a Tsunade.

-Muy bien, hemos firmado la paz con el nuevo Kazekage – dijo la Hokage muy contenta

La conversación de las dos medic-ninja, fue interrumpida por un peliblanco y un rubio, que irrumpieron en el despacho de la Hokage. Provocando una irremediable ira en la rubia.

-¡A Ero-senin le gusta...- dijo el rubio antes de que su boca fuera tapada por la mano del mayor.

-¿A quién quiere Jiraiya? – preguntó Shizume inocentemente.

-Eso quisiera saber yo... – dijo pícaramente la Godaime.

-Pues... – dijo el joven shinobi, librándose del agarre del sannin – a Ero-senin le gusta... – iba a decir quien era, pero el shinobi le echó una de esas miradas, que solo el ponía.

-¿Quién? Naruto – dijo la Hokage haciendo sonar sus nudillos.

Naruto pensó unos segundos, ¿quién le daba mas miedo, ¿Tsunade o Jiraiya? Aún así, esas cosas deberían arreglarlo ellos

-Na... nadie – dijo el portador del kyubi, asustado por la cara que le estaba poniendo el peliblanco

-Eso pensaba – dijo el sensei del chico con un tono malévolo, que hizo que los pelos se le pusieran de punta.

Después de que Jiraiya le contara como había ido el entrenamiento, Naruto fue echado del despacho, ya que los adultos tenían que hablar de "algo importante que a Naruto no le incumbía". Resopló resentido, y se fue a comer ramen, mientras pensaba cuando podría seguir buscando a Sasuke.

Llevaba años intentando que ese baka volviera, y aunque llevara años sin verle, aún seguía empeñado en hacerle desistir en la idea de la venganza contra Itachi, y también en que volviera a casa como si nada, para seguir peleando con el.

- Ese imbécil de Sasuke... – dijo pensando en voz alta.

-¿Quién te parece un imbécil? – dijo una pelirosa que salió de la nada.

-Sakura-chan – dijo alegremente, intentando que olvidara su comentario.

-¿Quién es imbécil? – dijo la chica haciendo crujir sus nudillos.

-Na...nadie – ya era la segunda vez que lo amenazaban en el mismo día, pero esta vez, la amenaza fue efectuada, y Naruto quedó inconsciente en frente de su restaurante favorito de ramen.

-Bueno Tsunade-sama – dijo su aprendiz – les dejo solos, que tengo cosas que hacer en el hospital.

-Gracias Shizume – dijo el hombre – creo – susurró para si mismo.

-Con que... ¿te gusta alguien? – dijo en un tono burlón cuando la chica se fue – alguien en especial – añadió

-Si... ¿ pasa algo? – dijo molesto

-¿Desde cuando te interesa a ti una persona en particular? – dijo ella, y sin dejarle responder añadió – Y no los grupos de chicas, jovencitas y ligeras de ropa ...

Tsunade conseguía que a veces le entraban ganas de matarla, de estamparla contra la mesa, o de meterle un Rasengan por el culo...la Hokage también conseguía que se le pusieran los nervios de punta y, curiosamente, le conocía demasiado bien. Tal vez fuera eso, lo que como diría su joven aprendiz, lo que le gustaba de ella.