jueves, 26 de septiembre de 2013

BUENOS DIAS












El Primer Gran despertar o El Gran Despertar fue un movimiento de revitalización cristiana que se extendió por la Europa protestante y América británica, y en especial las colonias norteamericanas en la década de 1730 y 1740, dejando un impacto permanente en la religión norteamericana. Fue el resultado de la predicación de gran alcance que le dio a los oyentes una sensación de revelación personal de su necesidad de salvación por Jesucristo. Apartándose de los rituales y ceremonias, el Gran Despertar comprende un cristianismo intensamente personal para la persona común mediante el fomento de un profundo sentido de convicción espiritual y de la redención, y mediante el fomento de la introspección y el compromiso de una nueva norma de moralidad personal.

Se llevó el cristianismo a los esclavos africanos y fue un evento monumental en Nueva Inglaterra que desafió la autoridad establecida. Incitó rencor y la división entre los antiguos tradicionalistas, quienes insistieron en la importancia de continuar el ritual y la doctrina, y los nuevos impulsores del renacimiento, que animó a la implicación emocional y el compromiso personal. Tuvo un impacto importante en la remodelación de la Iglesia Congregacional, la Iglesia Presbiteriana, la Iglesia Reformada Holandesa y la iglesia alemana reformada y el fortalecimiento de las denominaciones bautistas y metodistas. Tuvo poco impacto entre los anglicanos y cuáqueros.

A diferencia del Segundo Gran Despertar, que comenzó alrededor de 1800 y que llegó a los no creyentes, el primer Gran Despertar estuvo centrado en las personas que ya eran miembros de la iglesia. Cambió sus rituales, su piedad y la conciencia de sí mismos. A los imperativos evangélicos de la Reforma protestante, del siglo XVIII los cristianos norteamericanos añadieron énfasis en la efusión divina del Espíritu Santo y las conversiones que implantan dentro de los nuevos creyentes un intenso amor por Dios. Los despertares encapsularon dichas señales de identidad y propalaron el evangelismo de nueva creación en la república primigenia.